¡Hola a todos!
En esta entrada vengo, básicamente, a hablar un poco de mí.
Para que me conozcáis. Porque me imagino que os estaréis preguntando quién se
supone que es esta persona que de repente ha aparecido por aquí, sin apenas
nada. Pues bien, M. A. Brontë es mi seudónimo y, por ello, me voy a mantener en
el anonimato. Espero que no os importe.
Soy de Sevilla, de toda la vida. Andaluza de pura cepa y
defensora de mi tierra. Bruja feminista, por supuesto, eso que no falte. En
cuanto a mi carrera, por así decirlo, estudio Filología Inglesa. Esto implica
que estoy tan acostumbrada a leer y escribir en inglés, que ahora necesito
tiempo para readaptarme al español. De hecho, he llegado a escribir poemas en
inglés que guardados se quedan, pero ahí están.
Me enamoré de la lectura cuando ni siquiera sabía ni leer,
gracias a los cuentos que me leía mi padre antes de irme a dormir. Como os
imaginaréis, todo empieza con los típicos libros que tienen preciosos dibujos,
pero pocas palabras. Con apenas 6 años, dejé bastante claro que no quería
libros así y mi padre y yo nos metimos de lleno en la colección naranja del
Barco de Vapor, de Ediciones SM (probablemente los conozcáis). Sin embargo, lo
que realmente me hizo enamorarme de la lectura y de los mundos inventados fueron
los libros de Harry Potter. Y tras él, vinieron otras historias como las
maravillosas novelas de Tolkien, las historias de Narnia, etc.
Pero, ¿cuándo empecé a escribir? Empecé cuando tenía 10 años
y estaba en quinto de primaria. Lo recuerdo porque nos pidieron que
entregáramos una redacción donde contáramos una historia inventada. Yo me
inventé un mundo diferente y, en lugar de dos carillas de un folio, entregué
cinco. Fue ahí cuando me di cuenta de lo que disfrutaba dejando volar la
imaginación y creando. Las posibilidades son infinitas.
Desde entonces, cargo con un cuaderno donde voy apuntando
ideas que se me van ocurriendo, desarrollo algunos aspectos de mi novela o
simplemente hago listas. Sí, tengo que reconocerlo: me encantan los cuadernos
bonitos y hacer listas. ¿El problema? Por un lado, los cuadernos son TAN
bonitos que me da pena usarlos y que se acaben, así que acabo teniendo muchos
cuadernos sin estrenar guardados, pero eh, yo soy feliz así. Por otro lado,
hago listas interminables de, por ejemplo, cosas que tengo que hacer, pero nunca
las completo. O listas de películas o libros que quiero leer, pero tampoco lo
llego a completar. Así que tengo la teoría de que hacer listas en realidad es
una pérdida de tiempo, pero como ya he dicho antes, a mí me gusta y punto.
Y, ahora, ya para terminar, voy a contar por qué estoy aquí,
en este preciso momento, comenzando este proyecto.
Entre los 16 y 18 años, escribí un libro. Me llevó todo ese
tiempo, pero estaba muy orgullosa de él. Me encantaba la historia, lo había
corregido varias veces y ya estaba maquetado para mandarlo directo al proceso
de publicación. ¿Qué pasó? El ordenador murió y, sin ni siquiera consultarme,
le hicieron un formateo directo. Con ello, perdí todo en lo que había estado
trabajando. Durante meses, estuve buscando alguna posible copia de seguridad
que le hubiera hecho en algún momento de lucidez, pero resultó ser una copia de
apenas 4 capítulos. Así que acabé tan desilusionada que dejé de escribir
durante años, hasta ahora (que tengo 21, casi 22). ¿Que por qué ahora? Dicen
que una idea es lo más poderoso que existe. Pues bien, yo estoy aquí por eso:
una idea.
Deseando descubrir tus mundos. Todo pasa por una razón, ahora el libro te reflejará mejor <3.
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